He tenido siempre la facilidad de crear un mundo aparte en mi vida, realmente nunca he podido llegar a valorar esto hasta hace relativamente pocos meses. Esto comienza sin darte cuenta, en cuestión de minutos te ves ideando un sueño convertido en un plan “A”. Aclaro que, durmiendo casi nunca recuerdo lo que sueño, si llego a recordarlo cuando me despierto algo raro o malo pasa en mi vida; siempre sueño despierto gracias a algún detonante que hace aflorar algo en mi cabeza, por ejemplo un jardín.
Recuerdo perfectamente el primer plan “A” que intenté realizar, no recuerdo mi edad (soy muy malo para los datos específicos) pero, os aseguro que era bastante pequeño como para jugar con cochezitos a escala y hacer volar aviones de papel con mi mano.

¿El error de mi jardín?
Mi error fue comenzar con algo sin suficiente información y aprendizaje. Cometí errores que seguro que eran fácilmente subsanables. Estos fallos que me traían la cabeza loca, me mantuvieron trabajando muy duro para obtener resultados muchos meses más tarde. Una fuerza creativa perdida para llegar aún mismo punto final.
Os dejo, este vídeo de Margalida Nadal en el que habla de empezar a hacer un jardín ecológico.
Hoy en día, recordando aquel plan “A”, pienso que debía haberle dicho a mi madre que lo que hacía era contrario a mi forma de ver nuestro jardín, pero nunca se lo dije. Se dice que los mayores siempre quieren tener la razón y no les gustan las críticas, bueno, quizás a mí tampoco me gustaban entonces, pero ahora son mis aliadas.
Mi jardín tiene un plan “B” pero, eso será otro post.